Casi todo el mundo estaría de acuerdo si afirmáramos que el chocolate es el rey de los postres. Cualquier menú coronado con un final que incluya alguna exquisitez protagonizada por el dulce del cacao, tendrá más probabilidades de asegurarse un colofón brillante. Existen postres de chocolate legendarios que tienen en común algo que les hace únicos. Ese algo es, además de una sabia amalgama de ingredientes, la historia que hay detrás de su origen o de su nombre. Y no podíamos comenzar esta nueva tanda de artículos dedicados a los dulces de sobremesa más emblemáticos, sin mencionar al más famoso del archipiélago canario: el “Príncipe Alberto”, una variedad del clásico mousse, densa y esponjosa, que incluye café, bizcocho y una acertada combinación de trocitos de almendra y avellana tostada. Su entrañable historia, te la contamos a continuación…
Una historia de superación personal
Detrás de este afamado postre canario, que ocupa un lugar de honor en la repostería de las islas (junto al bienmesabe, el frangollo o la quesadilla herreña), se esconde una historia de superación personal que se remonta a los duros años de la posguerra española.
En la década de los 50, doña Matilde Arroyo Felipe (Los Llanos de Aridane, 1926 – 2014), sufrió como tantas mujeres canarias de la época, la ausencia de un marido que emigró a Venezuela para hacer fortuna y nunca más regresó. Sin la ayuda del padre de sus dos hijas, doña Matilde tuvo que idear la manera de sobrevivir y salir adelante a pesar de la incertidumbre. Sus hijas cuentan que empezó con las tartas de cumpleaños que preparaba para ellas. Eran tan buenas que sus amigas comenzaron a encargárselas, y poco a poco, ante el aumento de la demanda (familiares, vecinas y amistades), fue aumentado su oferta y comenzó a preparar polvorones, almendrados y rapaduras de leche.
Pero doña Matilde, no sólo era una excelente repostera: era una mujer emprendedora y creativa. Así que desempolvó antiguas recetas familiares que guardaba de su madre, su abuela y sus tías de Tazacorte, entre las que se encontraba la de un postre casero de chocolate que estaba para chuparse los dedos: había nacido una estrella en el firmamento de los postres y merecía un nombre a la altura de su exquisitez. Ese nombre fue “Príncipe Alberto” en honor al actual jefe de Estado del Principado de Mónaco que, por aquel entonces era un apuesto adolescente cuya percha hacía honor a sus genes maternos (era el hijo de la superestrella de Hollywood Grace Kelly).
Con respecto al origen del singular nombre elegido para este postre legendario de chocolate, existen dos versiones. La primera es que sus primeras elaboraciones coincidieron con una visita de la familia real de Mónaco a Canarias y, la segunda versión y más extendida, es que una de las hijas sugirió dicho nombre porque el postre estaba “tan bueno como el Príncipe Alberto”. Pero lo cierto es que las fechas no cuadran y, teniendo en cuenta que fue en 1958 (año de nacimiento del príncipe Alberto II de Mónaco) cuando doña Matilde empieza a elaborar el famoso postre de chocolate, lo más probable es que el nombre fuese un homenaje de la repostera de La Palma al nuevo miembro de la Casa de los Grimaldi.
El éxito del Príncipe Alberto y del resto de especialidades reposteras de doña Matilde fue tal que, en pocos años, pudo abrir su propia dulcería- cafetería, desde donde sus postres son ofrecidos a particulares y restaurantes hasta el día hoy ya que, tras su muerte en 2014, sus hijas han sabido mantener el negocio iniciado por su madre, con la misma calidad y esencia de siempre.
El prestigio de doña Matilde por su arte y oficio la hizo merecedora, en 2009, de la Medalla de Oro de Canarias y fue nombrada Hija Predilecta de Los Llanos de Aridane, su pueblo natal.
Y ahora que ya conoces su historia, te animamos a que sorprendas a los tuyos preparando la receta del Príncipe Alberto, les reveles el origen de su peculiar nombre… y lo bien que te lo contaron en el blog de Chocolate de Canarias.
Cómo preparar un “Príncipe Alberto”
La preparación de este postre típico canaria no es complicada, pero es importante tener en cuenta las medidas de sus ingredientes y el orden a seguir en la elaboración. A continuación, te describimos paso a paso la receta de doña Matilde:
Ingredientes para la base:
- Huevos: 2.
- Café: 200 ml.
- Cacao en polvo: 30 gramos.
- Azúcar: 80 gramos.
- Harina: 80 gramos.
Ingredientes para la mousse:
- Huevos: 3.
- Chocolate para fundir: 100 gramos (si es de Lava, le añadirás un plus de calidad a tu postre indiscutiblemente).
- Mantequilla: 60 gramos.
- Azúcar: 80 gramos.
- Avellanas: 50 gramos.
- Almendras: 50 gramos.
Pasos para preparar la base:
- Bate 2 huevos y el azúcar en un bol durante 10 minutos (a ser posible con una batidora de varillas). Después agrega, cacao en polvo y harina hasta que la mezcla esté homogénea.
- Enciende el horno a 180 °C y cuando esté bien caliente, coloca la mezcla en un recipiente adecuado y hornea durante 10 minutos.
- Cuando la base está lista, retírala del horno y añade el café. Deja que repose aparte.
Pasos para preparar la mousse
- Pasa por el horno las avellanas y las almendras y déjalas a 200 °C durante unos 8 minutos. Una vez estén listas, retíralas del fuego y espera a que se enfríen para quitarles las cáscaras. Tritúralas en trocitos pequeños y déjalas aparte. (Puedes saltarte este paso usando almendras y avellanas ya tostadas y simplemente triturarlas).
- Separa las yemas de las claras de los 3 huevos.
- Añade azúcar a las yemas, bátelas y déjalas aparte. Funde el chocolate y la mantequilla en un recipiente al baño maría, y cuando se derritan agrega la mezcla de yemas y azúcar y bátelo bien.
- Monta las claras, añade la mezcla anterior y una parte de los frutos secos que has triturado. Remueve hasta que tengas una masa homogénea.
- Finalmente, coloca la mousse sobre la base del bizcocho y echa el resto de frutos secos por encima.
Recuerda dejarlo reposar en la nevera un mínimo de 6 horas. Después de este tiempo, ya tendrás listo este mítico postre de origen humilde y paladar exquisito.