Gracias por el chocolate

Gracias por el chocolate

Onzas de chocolate (Fuente: Sandra Mangas)

Las dos onzas que cambiaron una vida

Te vamos a contar un relato verídico. Estás a punto de conocer la historia de una niña de once años cuya única posesión era un pedazo de chocolate. Unas onzas del dulce de cacao que decidió compartir con alguien más necesitado todavía que ella, sin saber que, con ese gesto, marcaba para siempre el destino de una vida. Sigue leyendo porque no olvidarás nunca esta anécdota real que salió a la luz hace unos años gracias a un documental.

Francine Christophe (Fuente: Telestar.fr)

Francine Christophe (Fuente: Telestar.fr)

El pasado 10 de enero murió la escritora francesa Francine Christophe, a la edad de 90 años. Su historia personal salió a la luz en 2015 gracias a una película documental titulada “Human” (*). En este film, aparecían una serie de testimonios que retrataban las calamidades de la guerra, la desigualdad o la discriminación en diferentes lugares del planeta. El documental perseguía el objetivo de confrontar a los espectadores con la realidad y la diversidad de la condición humana, incluyendo también los testimonios que muestran la empatía y la solidaridad que las personas somos capaces de manifestar en situaciones extremas.

Uno de los testimonios que más llamó la atención, y que pronto se viralizó, fue el de Francine Christophe como superviviente del Holocausto. La escritora narraba en la película que había nacido en París, en el año 1933, por lo que siendo muy niña tuvo que lucir en su pecho una estrella amarilla con la palabra “juif” (judío) al igual que muchas personas en aquella época durante la ocupación nazi. Cuando contaba con apenas once años de edad, su madre y ella fueron capturadas y deportadas al campo de concentración de Bergen-Belsen. A los deportados con más “suerte”, como fue su caso, se les permitió entrar con una pequeña bolsa en la pudieran llevar algún enser personal o algo que llevarse a la boca. A Marcelle, la madre de Francine, apenas le dio tiempo de meter un par de onzas de chocolate para dárselas a su hija cuando necesitara fuerzas.

Francine y su madre, Marcelle (Fuente: fondationshoah.org

Francine y su madre, Marcelle (Fuente: fondationshoah.org

Francine relata que, en la barraca donde estaban asignadas, compartían espacio con una joven llamada Helene, cuya delgadez extrema impedía ver con facilidad su estado de gestación. Las dos mujeres y la niña entablaron un vínculo de amistad y, cuando llegó el momento del parto, la madre de Francine le pidió permiso a su hija para darle a Helene aquellas onzas de chocolate que habían reservado para un momento de suma necesidad. La niña aceptó sin pensarlo y puso el pedazo de chocolate en las manos de la parturienta antes de que se la llevaran a la enfermería. No sabían si sobrevivirían ni ella ni el bebé. El destino quiso que ambos salieran con vida de aquel lúgubre paritorio. La escritora cuenta cómo aquel bebé minúsculo permaneció en silencio durante los meses que siguieron hasta que llegó la liberación cuando, por fin, rompió a llorar oxigenando con furia sus pulmones, como si alguna parte de su pequeña mente comprendiera lo que estaba ocurriendo. Era el 15 de abril de 1945.

Ya liberadas, Francine y su madre, regresaron a Francia y, con los años, acabaron perdiendo el contacto con Helene y su bebé.

Portada del libro de las memorias de Francine (Fuente: Amazon).

Portada del libro de las memorias de Francine (Fuente: Amazon).

Muchos años después, convertida ya en escritora, nuestra protagonista se encontraba impartiendo una conferencia en un simposio que ella misma había organizado a raíz de una idea que le planteó su propia hija: ¿Cómo hubiera sido la vida de los supervivientes si en aquella época hubieran contado con las ayudas psicológicas y psiquiátricas con las que cuentan ahora las personas que han sufrido experiencias traumáticas? ¿Cómo les hubiera ayudado la psicoterapia a rehacer sus vidas?

Entonces, en el momento en el que la autora finalizaba su conferencia, una mujer del público se levantó y pidió la palabra. Mientras sacaba de su bolsillo unas onzas de chocolate, se dirigió a la escritora y le dijo:

— Hola Francine; soy psiquiatra. Yo soy el bebé de Bergen-Belsen y vengo a darte las gracias por el chocolate.

(*) La película documental «Human», dirigida por Yann Arthus-Bertrand, responde a una iniciativa que busca entender al ser humano y es la primera estrenada en la Asamblea General de las Naciones Unidas. A cada uno de los participantes en el documental se le hicieron las mismas 40 preguntas sobre la naturaleza humana.  Solo el vídeo del testimonio de Francine Christophe alcanzó en 2015 más de 9,3 millones de reproducciones y fue compartido 390.000 veces.

Puedes verlo AQUÍ.

Francine Christophe en 2015 (Fuente: dailymotion.com).

Francine Christophe en 2015 (Fuente: dailymotion.com).

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