El estreno mundial de la película ‘Wonka’ en las salas de cine, le ha vuelto a dar un papel protagonista al chocolate en la gran pantalla. La película, una fantasía musical basada en la novela infantil “Charlie y la fábrica de chocolate” de Roald Dahl publicada en 1964, nos cuenta las mil peripecias por las que tendrá que pasar Willy Wonka para convertirse en el mayor chocolatero del mundo. Se trata de la precuela del clásico de cine Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate (1971) donde se narra la historia original de la novela de Dahl, en la que la vida de un niño en situación de pobreza llamado Charlie Bucket, da un giro radical cuando el destino le lleva a conocer al excéntrico Willy Wonka, dueño de una famosa fábrica de chocolate. El director de cine Tim Burton hizo una versión en 2005 que protagonizo Johnny Depp.
Cuentan que Roald Dahl tuvo la fantasía de convertirse en chocolatero cuando era niño a raíz de probar las chocolatinas que la empresa Cadbury Candy enviaba regularme a su escuela a modo de rudimentario pero eficaz estudio de mercado. La contribución del escritor al mundo del chocolate has sido tan notoria que La Organización Internacional del Cacao, instituida en 1973, estableció el 13 de septiembre como Día Internacional del Chocolate en honor al nacimiento de Dahl.
Matilda es otra obra de este escritor británico que también fue llevada al cine, pasando a la historia una memorable escena en la que el chocolate vuelve a ser protagonista. Matilda, pone en marcha sus poderes telequinéticos para ayudar a su amigo Bruce cuando una malvada profesora le obliga a comerse una enorme tarta de chocolate.
La estrella invitada
Réplica de rana de chocolate de Harry Potter (Fuente: Curiosite)
El chocolate ha demostrado ser un elemento muy versátil dentro del guion cinematográfico, incluso, un personaje más en la trama o la estrella invitada. Ha sido utilizado como arma de seducción o de venganza, como consuelo y remedio, como símbolo de amistad o como gesto romántico. La intervención del lado más dulce del cacao en el celuloide viene de lejos. Una de las películas más antiguas que hacen referencia a nuestro duce favorito en su título es “El soldado de chocolate” (1941), un drama bélico basado en una opereta de Oscar Straus. Pero ya antes, en 1939, aparece el chocolate como elemento simbólico en una película mítica: El Mago de Oz. Una bruja le ofrecerá a Dorothy, (la protagonista interpretada por una jovencísima Judy Garland) una barra de chocolate que la niña compartirá con sus amigos cuando estén tristes.
Y si hablamos de símbolos, no podemos olvidar las ranas de chocolate de Harry Potter, todo un emblema que marca la escena en la que Ron, Harry y Hermione se conocen en ese primer viaje en el Expreso de Howards.
Para todos los públicos
Johnny Depp y Juliette Binoche en Chocolat (2000)
El chocolate ha formado parte de películas para todos los gustos. Desde lo más romántico —Chocolat (2000) —, hasta las pasiones con tintes de realismo mágico –—Como agua para chocolate (1992). Desde la crítica social más desgarradora —La guerra de los bombones (1988), hasta la más sutil –—Pan y chocolate (1974). El chocolate ha servido de base para tramas policiacas –—”Merci pour le chocolat” (2001) —, y también para contarnos historias terroríficas -—”Blood and Chocolate” (2007). Como buen acompañante que es, el chocolate ha combinado bien en infinidad de títulos cinematográficos —Fresa y chocolate (1993) —, aunque algunos más surrealistas que otros —Atún y chocolate (2004).
La lista es extensa, pero no podemos finalizar sin hacer alusión a una escena imborrable: la de Forrest Gump sentado en un banco, esperando al bus y dispuesto a compartir su caja de chocolates. Su frase ya forma parte de la historia del cine y de nuestra memoria: “Mamá dice que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”.
Nosotros, para evitarnos sorpresas, vamos a tiro hecho y elegimos los bombones de Lava porque, sencillamente, están… de película.